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¿Qué son las vacunas para gatos?
Las vacunas para gatos son sustancias biológicas elaboradas a partir de organismos vivos o reducidos. Pueden estar compuestas por microorganismos atenuados vivos, o virus reducidos “muertos” o inactivos:
- Microorganismos atenuados: dentro de este grupo existen las vacunas monovalentes o polivalentes, formadas por un solo agente infeccioso o varios, respectivamente. Son agentes infecciosos vivos y con la misma estructura del virus que produce la enfermedad, pero con una virulencia reducida, para de esta manera no producir ninguna lesión secundaria al animal y le dé inmunidad frente a éstos.
- Virus reducidos o inactivos: aquí las vacunas están elaboradas a partir de microorganismos con estructura completa pero se encuentran en estado inactivo, esto se consigue mediante procesos físicos o químicos. Si comparamos las vacunas de este grupo con las del anterior, aquí la inmunidad adquirida sería menor, pero también son menores las posibilidades de presentar algún tipo de reacción adversa.

Por lo que cuando vacunamos a nuestros gatos los estamos exponiendo a una pequeña porción del virus para que cree anticuerpos que le servirán de defensa si se llegase a contagiar.
Es importante tener a nuestro gato vacunado tanto para evitar que se contagie de enfermedades peligrosas, como para proteger a la salud pública y evitar así la zoonosis.
Calendario de vacunas para gatos
El protocolo a seguir con las vacunas para gatos es el siguiente:
- 1,5 meses: acudir al veterinario para desparasitar interna y externamente. También se recomienda hacer un test coprológico para comprobar que no tengan parásitos.
- 2 meses: Test Felv/Fiv para comprobar Leucemia e Inmunodeficiencia.
- Si es negativo, se le pondrían la vacuna de la leucemia y la vacuna Trivalente. La vacuna Trivalente les protege frente al Calicivirus, Rinotraqueitis (que puede producirse por Herpesvirus y Calicivirus) y Panleucopenia.
- 3 meses: entre 21 y 28 días después de la primera vacunación, se repiten la vacuna de la leucemia y la Trivalente.
- Si el Test Felv/Fiv hubiera dado positivo, realizaremos una modificación en el protocolo de vacunación. Por eso es importante acudir a veterinarios expertos.
- 4 meses: a los 28 días aproximadamente de haber puesto la revacunación mencionada anteriormente, se pondría la vacuna de la rabia, pero en la Comunidad de Madrid no es obligatorio. Sí que lo es en otras Comunidades como Andalucía o Comunidad Valenciana.
- Revacunación anual: se lleva a cabo de todas las vacunas anteriormente mencionadas para tener así a nuestros felinos y a nosotros mismos protegidos.
VACUNAS PARA GATOS | 2 mese | +- 3 meses | +- 4 meses | Cada año |
Leucemia | X | X | X | |
Trivalente (Panleucopenia, Calicivirus y Herpesvirus) | X | X | X | |
Rabia | X | X |
Cómo vacunar a mi gato
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Así trabajamos en Vellcan Veterinarios
Cuando tu gato llega a nuestra clínica veterinaria le abrimos una historia con todos sus datos y los de su dueño; creándose así el historial con información de quién le atiende en cada consulta, qué se le hace, etc. Cuando tengamos registrado en nuestro sistema informático a tu mascota y haya sido vacunado en nuestra clínica, te enviaremos un SMS al número de teléfono móvil que nos hayas facilitado con un recordatorio de la fecha de vacunación de su mascota cuando ésta esté próxima.
Prevacunación
En Vellcan Veterinarios, antes de vacunar a tu mascota le realizaremos una exploración general para comprobar su estado de salud.
Vacunación
Si la exploración ha dado resultados óptimos y el gato se encuentra en buen estado de salud, procedemos con la inoculación de la vacuna.
Postvacunación
Siempre recomendamos que durante ese día observes a tu mascota, dado que como cualquier medicamento, ya sea en humanos o animales, la vacuna puede provocar una reacción alérgica.
Si esto ocurriese se podría reconocer de forma visual al observar inflamación de una o varias áreas de su cuerpo que suelen ser las patas y el morro; enrojecimiento y urticaria por diferentes partes del cuerpo; y si el cuadro empeora o es de mayor gravedad, se puede dar anafilaxis. La anafilaxis es una reacción alérgica grave que se debe tratar con rapidez, por lo que en cualquier caso, si vieses a tu mascota con cualquier síntoma mencionado, llámanos o dirígete directamente a la clínica.
Si se diera una reacción alérgica a la vacuna para gatos, una vez con tu gato en nuestra consulta, le administraremos la medicación adecuada y en cuestión de horas estará recuperada.
Se pueden dar otros síntomas más leves como dolor muscular ligero o puede llegar a tener fiebre (>39ºC). También pueden tener menos ganas de comer o dormir más de lo normal, estos síntomas suelen desaparecer en uno o dos días.
Por todo lo explicado anteriormente, no solemos recomendar la inoculación de dos vacunas para gatos el mismo día, aunque nuestros veterinarios tomarán esa decisión evaluando qué es lo mejor para el gato según la situación.
Enfermedades de las que se protege con las vacunas para gatos
Los gatos, al no salir de casa, están menos expuestos que otras mascotas como los perros a contagiarse de determinadas enfermedades que es mucho más probable estar en contacto con ellas en la calle, campo o parques. Eso no quiere decir que no puedan contagiarse. Nos vamos a centrar aquí en las enfermedades más relevantes que podemos evitar con las vacunas para gatos.
Panleucopenia felina
También se le denomina enteritis infecciosa canina. Está provocada por un parvovirus y es tan contagioso como resistente. Cuando se habla de Parvovirus generalmente se refiere al de los perros, pero los gatos, como veis, también son vulnerables a estos virus.
Se contagia por contacto directo con objeto o entorno contaminados (cama, comedero, etc.) así como por la orina o heces de un gato infectado. La infección se produce al ingerir el virus. Una gata madre puede trasmitir el virus a sus cachorros a través del útero.
Puede llegar a sobrevivir en el ambiente hasta un año y el único producto que lo elimina es la lejía común.
Los síntomas son fiebre, vómitos, diarrea, deshidratación, pérdida de apetito, anemia, pérdida de interés en el acicalamiento, repercutiendo esto en la pérdida de brillo del pelaje. Suelen permanecer durante mucho tiempo acostado, con sus patitas escondidas y la cabeza apoyada en el suelo.
Para diagnosticarlo se estudian los síntomas anteriormente mencionados y se hace un análisis de sangre en el que se verá un claro descenso de glóbulos blancos. Se puede emplear también el mismo test que se emplea para testar el Parvovirus canino ya que son de la misma familia.
No existe tratamiento específico, los veterinarios se centran en paliar sus síntomas y aumentar sus defensas para que el gato logre superar la enfermedad.
Por todo esto es vital vacunarlos para evitar la enfermedad con la vacuna Trivalente.
Gripe felina
También se denomina rinotraqueítis.
Es una infección causada por calicivirus felino (FCV) y herpesvirus felino (FHV) o una mezcla de ambos. Es también posible, aunque poco probable, que sea debido a infección bacteriana.
Se contagian mediante el contacto con otros gatos que están infectados de forma activa y propagan la enfermedad o con gatos que son portadores del virus. Una vez que el gato esté infectado, se convierte en portador por lo que puede contagiar la enfermedad aunque no haya mostrado ningún síntoma. Se pueden infectar también mediante el contacto con objetos que han estado expuestos a la infección, por lo tanto, una vez más, la higiene es muy importante.
Los síntomas son fiebre, estornudos, secreción nasal, conjuntivitis, pérdida de apetito y, ocasionalmente pueden aparecer úlceras en la boca o tos. Los síntomas pueden aparecer de repente o persistir durante mucho tiempo así como haber altibajos.
Se diagnostica mediante examen físico de la mascota así como evaluación de los síntomas y contacto con otros gatos. El tratamiento adecuado lo valorará el veterinario, se pueden poner antibióticos para evitar infecciones así como medidas de higiene y desinfección.
De manera que es importante vacunarlos para prevenir la enfermedad con la vacuna Trivalente.
Leucemia felina
También denominada leucosis.
Causada por el virus de la leucemia felina (FeLV), esta enfermedad origina una grave depresión del sistema inmunitario y puede causar muchas alteraciones como el retraso en el crecimiento y el cáncer, es una enfermedad incurable y puede provocar la muerte.
Se puede transmitir por el acicalamiento mutuo o a través de heridas causadas por mordeduras. EL virus no sobrevive fuera del cuerpo del gato, por lo que es imprescindible un estrecho contacto entre el animal infectado y el sano para su transmisión. Está presente en los líquidos corporales, especialmente en la saliva, en la orina y en las heces. El virus también puede ser transmitido por la madre a los gatitos durante la gestación y después de nacer, a través de su leche.
Infección persistente por el FeLV
Puede provocar síntomas como fiebre y letargo, pérdida de apetito, adelgazamiento paulatino, deterioro del pelaje, inflamación de los ganglios linfáticos, lenta recuperación de enfermedades corrientes, anemia, infecciones de la piel o de las vías respiratorias superiores, signos gastrointestinales, etc.
Cáncer
Afecta en torno al 15% de los gatos infectados y puede ser de médula ósea (leucemia); o linfoma en uno o más órganos (ganglios linfáticos, timo, riñones, intestino, hígado, ojos o nariz).
Se diagnostica mediante el Test FeLV/Fiv y no tiene tratamiento específico más allá de dar soporte general al felino.
Por lo que es imprescindible la vacunación para prevenir tanto la infección persistente como la enfermedad.
Peritonitis infecciosa felina (PIF)
Es causada por un coronavirus felino y es una enfermedad mortal. La infección por coronavirus felino es muy frecuente en los gatos y su síntoma principal suele ser diarrea; lo que no es tan frecuente es que llegue a desarrollarse la PIF. Esto ocurre cuando en el gato, una vez infectado, muta el virus produciendo la enfermedad PIF, por lo que estar infectado de Coronavirus no quiere decir que el gato llegue a desarrollar PIF.
El Coronavirus se transmite por la ruta oro-fecal, es decir, se elimina por las heces al medio ambiente y los gatos se infectan al ingerirlo.
Los signos clínicos iniciales de la PIF son fiebre, pérdida de apetito, pérdida de peso y decaimiento, si están afectados de PIF neurológico pueden desarrollar una falta de coordinación, convulsiones y demencia. La enfermedad a nivel ocular puede originar inflamación, decoloración y turbidez a nivel ocular afectando a la visión del gato.
Se diferencia entre PIF húmedo que se manifiesta con el fluido resultante de la inflamación y se acumula principalmente en el abdomen y en menor medida en tórax y el PIF seco, desarrollando lesiones similares a tumores en el abdomen, tórax, ojos y/o cerebro.
Se diagnostica mediante examen físico del felino, evaluación del historial y pruebas complementarias como analítica de sangre. El tratamiento está encaminado a paliar los síntomas ya que la enfermedad es incurable.
Existe una vacuna para la PIF aunque hay opiniones contradictorias respecto a su efectividad.
Rabia
Causada por un virus de la familia Rhabdoviridae.
Es poco común en gatos. Será por este motivo que en la Comunidad de Madrid no está obligada la inoculación de su vacuna, no siendo así en otras comunidades como Andalucía, Castilla La Mancha o Ceuta.
Es una zoonosis mortal, por lo que pueden contagiarla a los humanos.
Se contagia a través de la mordedura de un animal infectado o a través de arañazos o de los lamidos de una herida abierta.
Los síntomas pueden variar de unos felinos a otros y pueden ser maullidos anómalos, comportamiento atípico, irritabilidad, exceso de salivación o babeo, fiebre, vómitos, pérdida de peso y apetito, convulsiones o parálisis.
Se diagnostica mediante análisis serológicos y no tiene tratamiento.
De ahí la importancia, una vez más, de la vacunación como prevención.
Finalmente…
La vacunación ocupa el grueso de la consulta en veterinaria.
Si tienes cualquier duda contacta con Vellcan Veterinarios.